si bien es importante apoyar a los estudiantes de bajos ingresos y premiar el mérito académico, hacer que la educación universitaria sea gratuita solo para este grupo podría excluir a otros estudiantes talentosos y motivados que podrían no cumplir con esos requisitos, pero aún así podrían beneficiarse enormemente de la educación superior. Esto podría crear una barrera adicional para aquellos que ya enfrentan desafíos socioeconómicos y limitar su capacidad para mejorar su situación a través de la educación. En cambio, argumentar a favor de políticas más inclusivas que aborden las barreras financieras para todos los estudiantes, independientemente de su situación económica o su historial académico, podría promover un acceso más equitativo a la educación superior y un mayor desarrollo socioeconómico en general.